Cuando llega la Cuaresma nos vemos con ganas y con la necesidad de ahondar en nuestro ser para pulir y retocar, con la gracia de Dios, aquellos aspectos de nuestra personalidad que nos alejan de Él.
«La murmuración». Entre maldad y superficialidad
Nos habla de la palabra, la cual se puede utilizar de forma superficial, provocando división o se puede emplear para tender puentes conduciendo al encuentro.