La Iglesia celebra éste viernes 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, la Jornada Mundial del Enfermo.
Como cada año, se extiende hasta el 22 de mayo, fecha en la que se celebra en España la Pascua del Enfermo.
Justamente se celebran 30 años de su origen, siendo instituida por San Juan Pablo II para sensibilizar sobre la necesidad de asistir y cuidar a los enfermos y a las personas que los cuidan.
El lema elegido para la Jornada de este año es «Acompañar en el sufrimiento».
El Papa, agradece todo el avance que se ha hecho hasta ahora, pero señala que aún queda por recorrer camino para garantizar la atención sanitaria que necesitan todas las personas enfermas, especialmente en aquellos lugares y situaciones de exclusión y pobreza.
Señala también la necesidad del acompañamiento pastoral para que en este tiempo de enfermedad, puedan vivirlo unido al Señor.
Aquí os dejamos el mensaje del Papa para esta Jornada Mundial del Enfermo:
Breve resumen del mensaje
El tema elegido para esta jornada es: «Sean misericordiosos así como el Padre de ustedes es misericordioso» (Lc 6,36).
Nos devuelve la mirada a Dios padre, misericordioso con cada uno de sus hijos, aunque estos se alejen de Él. Hace referencia a su misericordia, que es el nombre por excelencia de Dios, manifestándose cada día. Él es la fuerza y la ternura, siempre atento a darnos vida nueva en el Espíritu Santo.
Vemos en Jesús, su Hijo, esta misericordia, Él es testigo de ella hacia los enfermos. Durante su paso por la tierra, tenia predilección por los más débiles y desfavorecidos. En su Evangelio vemos su actividad constante para con ellos, convirtiéndose en una de las misiones de sus discípulos.
Igualmente pone su atención, en la labor de todas las personas que en estas circunstancias de pandemia, han estado al lado del enfermo y del que sufre.
Asimismo, señala la importancia del servicio que realiza la pastoral de la salud, en su atención espiritual. Es fundamental llevarles la Palabra de Dios, celebrar los sacramentos…
La iglesia en el cuidado de los enfermos
La Iglesia acoge el testimonio del Señor, y como sabemos, nos pide en su mandamiento, el amor, la caridad, y ésta es hacia el prójimo y especialmente hacia el mas necesitado.
Nos recuerda que en la enfermedad, en la debilidad, en las personas que sufren por un motivo u otro, nos encontramos a Cristo que nos pide nuestra ayuda. En el que sufre, ahí esta Jesús sufriendo, sosteniéndole y acompañándole, y nos invita a nosotros que pasamos por su vida a ayudarles.
El Papa, en la Encíclica «Fratelli Tutti» nos recuerda la parábola del Buen Samaritano. Todos tenemos la obligación para con el que necesita de nuestra ayuda, estamos llamados de manera primordial al amor al prójimo.
A veces, nuestra mirada se tuerce ante la necesidad del otro, nuestra indiferencia y nuestra ceguera nos impide aliviar el sufrimiento de quienes se sienten desprotegidos en el camino.
No olvidemos, que somos llamados a expresar esta caridad en nuestro día a día, en nuestras ocupaciones cotidianas, viendo las necesidades de las personas que están en nuestro entorno.
A veces, no se nos piden grandes cosas, basta con una llamada, una visita, una palabra de consuelo…
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber;…enfermo, y me visitasteis…» ( Mt 25, 35-36).
Bibliografía recomendada
Para profundizar más en este tema, os dejamos a continuación bibliografía recomendada:
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Escrito por: Mercedes Roldán.