Este año 2024, ha sido proclamado como el Año de la Oración, por el Papa Francisco.
Una iniciativa propuesta como parte de la preparación para el Jubileo de la Iglesia, el próximo año 2025, celebrando el aniversario de la Encarnación del Señor.
Se nos da la oportunidad para redescubrir la necesidad y el valor de la oración. Así como también, se nos invita a promover en las diócesis los momentos de oración tanto a nivel individual como comunitario.
Para ello, el Dicasterio para la Evangelización publicará una serie de «Apuntes sobre la oración», para de esta forma volver a centrar la relación con el Señor más profundamente, a través de las distintas formas de oración que hay en nuestra iglesia católica.
Un año de la oración en el que podemos cuidar este silencio orante, compartir con la familia la oración, sacar un ratito para encontrarnos con Él, con quien sabemos que nos ama.
La oración
La oración es esencial para la vida de un creyente. Es un don de Dios que sale al encuentro del hombre, estableciendo de este modo una relación de amistad personal entre el hombre y Dios.
Es la llave que abre nuestra alma y el corazón al Espíritu Santo, a su acción para que haga la transformación en nosotros.
En ella se actualiza la fe, se fomenta la esperanza que lleva a orientar nuestra vida hacia Él y confiar, de esta forma en su providencia.
El Papa Benedicto XVI hablaba de "la prioridad que debemos dar a Dios, a la relación con Él en la oración, tanto personal como comunitaria. Sin la capacidad de pararnos a escuchar al Señor, a dialogar con Él, se corre el riesgo de agitarse y preocuparse inútilmente por los problemas y las dificultades, incluidas las eclesiales y pastorales". (Benedicto XVI, 25-4-2012)
Jesús nos enseñó a orar a petición de sus discípulos. Lo hizo con la oración del Padre nuestro, dirigiéndonos a Dios.
Oración del Padre Nuestro
Esta oración que Jesús nos enseña, es la base de la relación entre Dios Padre y nosotros, los cristianos.
En ella se reúnen las peticiones que son esenciales para nuestra vida, según lo necesitamos.
Empezamos la oración «Padre nuestro que estás en el cielo», poniéndonos en Su presencia, dirigiéndonos a Dios como Padre, y reconociéndonos así como hijos suyos.
«Santificado sea tu nombre», expresamos nuestro deseo de que sea bendecido y alabado su nombre, que todos los hombres le conozcan, y estén agradecidos por tanto amor.
«Venga a nosotros tu reino», cuando decimos estas palabras, nos referimos al Reino de Dios. A hacerlo presente en nuestras vidas, también para darlo a los demás, y de este modo hacerle crecer. Al igual esperamos que Cristo regrese en la venida final.
«Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo», esta petición nos lleva a abandonarnos en Sus manos, sabiendo que Él sabe lo que es mejor para cada uno de nosotros.
“Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22-42).
Estamos llamados a aceptar la voluntad de Dios en nuestras vidas, sabiendo que su plan es para bien nuestro, para nuestra salvación.
«Danos hoy el pan de cada día», en estas palabras le pedimos el pan necesario para nuestra vida. No solo el alimento para nuestro cuerpo sino también el alimento para nuestra alma.
«Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», reconocemos ante Él nuestros pecados y le pedimos perdón. Así también, que nos ayude a perdonar a los demás sabiéndonos perdonados por El.
«No nos dejes caer en tentación», pedimos su ayuda para luchar y mantenernos en la virtud. Sabemos que la tentación es parte del camino cuando sigues a Jesús, y Él nos da la oración para no sucumbir.
“Velad y orad para no caer en la tentación, pues el espíritu está pronto, pero la carne es débil” (Mateo 26,41)
«Y líbranos del mal», sólo Dios puede liberarnos del mal, por ello le pedimos con la intercesión de Jesús, quien también rezó por los hombres.
"No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno". (Juan 17:15).
«Amén», así sea.
Bibliografía recomendada sobre la oración:
Para profundizar más en este tema, os dejamos a continuación bibliografía recomendada:
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Escrito por: Mercedes Roldán.