¿Conoces a Teresita de Lisieux?

Hoy queremos detenernos en la figura de Santa Teresita de Lisieux , o también conocida como Teresita del niño Jesús y de la Santa Faz.

Se nos hace curioso como ella, que fue monja de clausura, carmelita descalza, la nombraron doctora de la Iglesia y patrona de las misiones.

Para entender esto, daremos unas pinceladas de su vida y de su espiritualidad.

Y sabremos también, que su santidad no se basaba en fenómenos extraordinarios sino en «hacer de manera extraordinaria las cosas más ordinarias y corrientes».

Un poco de su biografía

Nació en Alençon (Francia) un 2 de enero de 1873, bautizada con el nombre de María Francisca Teresa Martin Guérin. Era la pequeña de sus nueve hermanos, de los que sobrevivieron cinco hijas.

Su infancia fue muy feliz hasta el momento en que su madre fallece y este hecho, le causa un gran cambio en su vida, convirtiéndose en una pequeña tímida y sensible.

Su familia se traslada a Lisieux, y en el momento en que su hermana Paulina, ingresa en el Carmelo, sufre de nuevo una segunda orfandad materna.

En la Navidad de 1886 recibe lo que ella llamaría «la gracia de su conversión», donde supera su sensibilidad extrema y comienza a descubrir la felicidad, olvidándose de sí misma para dar gusto a los demás.

Frase de Santa Teresita de Lisieux

Ella también se siente llamada a ingresar en el Carmelo y a pesar de su corta edad, con el permiso de su padre, peregrinan a Roma y en audiencia con el Papa León XIII, le concede el permiso para su ingreso.

En 1888, el 9 de abril entra en el Carmelo bajo el nombre de «Teresa del Niño Jesús» y le añadiría después, de la «Santa Faz«.

Tras un periodo de formación, pasó a ser formadora de las jóvenes.

A medida que pasaban los años, iba creciendo su experiencia en el amor incondicional y gratuito de Dios, sintiéndose así llamada, a vivir en el agradecimiento y abandono confiado de un niño, en brazos de su madre.

De esta manera entiende el inmenso valor de las pequeñas obras realizadas por amor, con delicadeza en los mínimos detalles.

Al leer un pasaje de S. Pablo sobre la caridad (I Cor, 13), le queda claro y escribe «¡ Oh, Jesús, amor mío, he encontrado al fin mi vocación ! ¡Mi vocación es el Amor!… Sí, he encontrado mi puesto en la Iglesia y ese puesto, Dios mío, eres Tú quien me lo ha dado. En el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor».

Conoció también la aridez en la oración, incomprensiones…pero siempre tuvo la serena alegría y la paz que ahondaba mas aún en su corazón.

En la Pascua de 1896 tiene una hemoptisis, síntoma de la tuberculosis. Desde entonces, comenzaría una prueba de fe que duraría hasta su muerte, falleciendo el día 30 de septiembre de 1897.

Su fiesta se celebra el 1 de octubre, siendo canonizada en 1925 por el Papa Pío XI.

Podríamos preguntarnos ¿Por qué eligió éste nombre?

En el Carmelo vivió dos misterios: la infancia de Jesús y su pasión. Por este motivo, solicitó llamarse sor Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz.

Se ofreció a Dios como su instrumento. Trataba de renunciar a imaginar y pretender que la vida cristiana consistiera en una serie de grandes empresas, y de recorrer con buen ánimo «el camino del niño que se duerme sin miedo en los brazos de su padre».

En el momento de la muerte de su padre y en esa búsqueda de amar, ya no sólo por la conversión y por los sacerdotes, la «gracia» le conduce y le abre su corazón y quiere con Jesús salvar a los pecadores, que en la Cruz, tuvo sed de almas.

Por ello, decide permanecer desde sus catorce años y medio, al pie de la Cruz para «recoger la sangre divina y dársela a las almas».

"Amar a Jesús y hacerlo amar debe de ser, cada vez más, la meta de mi vida."

Espiritualidad: su caminito

La gran aportación que nos hace Teresita a la espiritualidad del S.XX es «la vía de la infancia espiritual» siendo una vuelta al Evangelio en su más radical pureza: «Si no os hacéis como niños no entraréis en el reino de los Cielos». (Mateo 18,3).

Ella desde muy pequeña quería ya ser santa, pero comprobó su debilidad y su incapacidad cuando se comparaba con los grandes santos. Le parecía un gran montaña comparada con un granito de arena.

Santa Teresita

Ante ello, no se desanimaba, porque pensaba que si Dios había puesto en ella esos deseos de santidad, era porque habría un caminito para escalarlo, «la dura escalera de la perfección» se decía.

La Palabra de Dios fue descubriéndole este camino, cuando leía «Si alguno es pequeño que venga a Mí» (Proverbios 9,4). Leyendo después a Isaías 66, comprendió que no podía subir sola la escalera de la perfección, pero que Jesús la cogería en sus brazos y la subiría como en un ascensor rápido.

Desde esta Palabra ella ya no encuentra ningún obstáculo, todo lo contrario, será pequeña y ligera en los brazos de Jesús y será santa por un camino rápido. Así cuenta Santa Teresita el descubrimiento de «su caminito» (Manuscrito C, 2).

Ella deseaba encontrar un pequeño camino nuevo y así fue, un camino de santidad que se abre a todos, a los más pequeños, a los que sufren, a los pobres… y consiste en aceptar la realidad de las propias debilidades y carencias, y así ofrecerse a Dios tal como uno es, para que Él intervenga en cada uno de nosotros. Un camino de confianza y entrega.

"Ese camino es el abandono del niñito que se duerme sin miedo en los brazos de su padre" (Manuscrito B, 1v).


También nos dejó como novedad, no descansar y seguir trabajando: «Quiero pasar mi cielo haciendo bien en la tierra».

Teresita de Lisieux, Patrona de las misiones

El Papa Pío XI la proclama patrona universal de las misiones en 1927. Este nombramiento sorprende, sabiendo que durante su vida religiosa jamás traspasó los muros de su convento, aunque si sabemos de su deseo ferviente de ser misionera.

Se siente llamada a ello, y sabe que el don de su vida y la oración, traspasa toda frontera. Llena del amor de Dios en lo cotidiano de su vida, irradia en el mundo las misericordias de Él.

Una experiencia de su oración, fue en 1887. Oyó hablar de un asesino por el cual ella rezó y se sacrificó, queriendo arrancarlo del infierno. Fue juzgado y condenado a morir, pero en el momento de morir, besó el crucifijo. Teresa lloraba de alegría porque su oración había sido escuchada.

Durante su vida de oración, se le pide que apoye en su ministerio a dos personas misioneras, lo cual le hace muy feliz.

Por un lado, Mauricio Bellière, un seminarista que pide que rece por su vocación. Llegará a ser el P. Blanco y partirá a Nyassland ( hoy Malawo). Tras su misión, morirá en el Buen Salvador de Caen en 1907.

De las Misiones Extranjeras de París, el P. Adolfo Roulland que partiría a China, muriendo en 1934 en Francia.

Ambos mantuvieron correspondencia con ella y le permitieron extender sus horizontes al mundo entero a través de sus oraciones.

Después de la muerte de Teresita, muchísimos misioneros le han confiado su ministerio.

Teresita de Lisieux, Doctora de la Iglesia

Fue proclamada «Doctora de la Iglesia» por el Papa Juan Pablo II, el 19 de Octubre de 1997 (Día de las misiones), considerándola como «uno de los más grandes maestros de la espiritualidad».

 "Teresa del Niño Jesús es la más joven, pero su ardiente itinerario espiritual muestra gran madurez y las intuiciones de la fe expresadas en sus escritos son tan amplias y profundas que le merecen figurar entre los grandes maestros de la espiritualidad". (aclaró el Papa)

En ella encontramos un testimonio iluminado de fe, que acoge con un amor confiado y amable la misericordia de Dios y la salvación de Cristo, revelando de este modo, la santidad y el misterio de la Iglesia.

Se reconoce así este carisma, tanto por el don del Espíritu Santo que recibió para expresar y vivir su experiencia de fe como por su peculiar inteligencia del misterio de Cristo.

Su doctrina, se sumerge en una profesión de la fe de la Iglesia, una experiencia del misterio cristiano y un camino que lleva hacia la santidad, en acorde con la Escritura. Nos ofrece una síntesis que une la teología y la vida espiritual.

Nos da para todos los cristianos, una nueva luz sobre los misterios de la fe, con una sencillez que nos conduce al secreto de nuestra existencia, el Amor de Dios que nos envuelve y penetra en nuestra vida humana.

También el Papa la propone como «patrona de los jóvenes».

Escritos

Son pocos los escritos que nos dejó, y de entre ellos podemos ver sus Cartas, algunos Poemas y pequeñas obras de teatro para alguna fiesta de comunidad, oraciones y alguna anotación que hicieron sus hermanas durante la enfermedad.

Mencionamos su libro «Historia de un alma», relato de su historia de salvación que revolucionó la espiritualidad de la Iglesia.

Libros recomendados de Teresita de Lisieux

Os recomendamos algunos libros que pueden ayudar a profundizar en su vida y en su espiritualidad:

Vida de santa Teresita de Lisieux
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Obras completas de Teresa de Lisieux
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Historia de una misión
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Santa Teresita de Lisieux
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Diez actitudes interiores
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Teresa de Lisieux
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Escrito por Mercedes Roldán.

2 comentarios en «¿Conoces a Teresita de Lisieux?»

  1. Gracias por esta valiosa síntesis de la vida y espiritualidad de Santa Teresita. Un artículo en sintonía con la Santa de Lisieux por su sencillez y profundidad.
    Gracias Mercedes!

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