El 22 de octubre celebramos la festividad de San Juan Pablo II.
San Juan Pablo II, elegido Papa el 16 de octubre de 1978, nació en Wadowice, cerca de Polonia, el 18 de mayo de 1920, donde recibió el nombre de Karol Józef Wojtyla.
Sus padres Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska, fueron un gran ejemplo para su vida, siendo el menor de tres hermanos.
Recibió su Primera Comunión a los 9 años y a los 18 años el sacramento de la Confirmación.
Terminados sus estudios básicos, se inscribió en la Universidad Jagellónica de Cracovia (1938).
Un año después, las fuerzas de la ocupación nazi cerraron la Universidad (1939), y tuvo que trabajar en una cantera y en una fábrica (1940-1944) para poder subsistir y evitar la deportación a Alemania.
En 1942 sintió la llamada al sacerdocio y empezó su formación en el seminario mayor en Cracovia en condiciones de clandestinidad, en ese mismo tiempo también fue uno de los pioneros del «Teatro Rapsódico».
Después de la guerra, continuó sus estudios hasta su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 1 de noviembre de 1946. Obtuvo después en 1948 el doctorado en Teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz.
El Papa Pío XII lo nombró Obispo Auxiliar de Cracovia y titular de Ombi recibiendo la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral de Wawel (Cracovia).
Fue nombrado Arzobispo de Cracovia por el Papa Pablo VI, que lo creó Cardenal el 26 de junio de 1967. Elegido Papa el 16 de octubre de 1978 y el 22 de octubre dio inicio a su ministerio como Pastor Universal de la Iglesia.
Murió en Roma, en el Palacio Apostólico Vaticano, el sábado 2 de abril de 2005, la víspera del Domingo de la Divina Misericordia, fiesta instituida por él.
Beatificado el 1 de mayo de 2011, presidiendo la solemne ceremonia el Sumo Pontífice Benedicto XVI y canonizado el 27 de abril de 2014 por el Papa Francisco.
Nos deja, como ya sabemos un innumerable legado espiritual a través de sus documentos y escritos.
¿Qué huella le dejó su familia?
Es significativo cómo su familia dejó unas huellas que le marcaron en su largo camino y peregrinar por todo el mundo.
En ella encontró todo lo que desarrolló en su vida y nos transmitió a través de su pontificado.
En su «servicio al Pueblo de Dios», San Juan Pablo II fue el Papa de la familia.
Siendo el muy joven, a la edad de nueve años, perdió a su madre. Su salud era débil, ya que los médicos le aconsejaron que no continuara con el embarazo por la dificultad que corría su vida, pero ella continuó hacia adelante y le tuvo a el. A través de este gesto de amor y entrega le enseñó a defender la vida con valentía.
Tres años después, perdió la vida su hermano mayor, a quien miraba con admiración. Éste era médico y murió por atender a un enfermo con escarlatina, enfermedad para la que en ese momento, no existía ninguna vacuna.
Aun sabiendo que arriesgaba su vida, solo se ocupó de socorrer al necesitado, era primordial. Esta entrega por los demás influyó en su vida, en su dedicación a su pueblo.
Se quedó siendo muy joven solo con su padre. El era militar de carrera del ejercito polaco, un hombre que a través de su conducta de vida, le enseñó los principios de honestidad, patriotismo y amor a la Virgen María.
Veía en él una fe inquebrantable, a pesar de las muchas tragedias personales y situaciones que pasó, todo este dolor lo convertía en oración.
Gracias al amor y al ejemplo de su familia, le enseñaron que había una esperanza más allá de nosotros mismos.
La familia, es la base de la sociedad y el lugar donde las personas, cada uno de nosotros, aprendemos por primera vez los valores que nos guían durante la vida.
San Juan Pablo II, decía que: "la familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración".
Importancia de la familia para San Juan Pablo II
Vemos como la experiencia demuestra cuán importante es el papel de una familia, siendo ella la base para que el niño o la niña, que nace y se forma en ella, emprenda sin incertidumbres el camino del bien, inscrito siempre en su corazón.
La familia misma es el gran misterio de Dios desde el principio. «Creó Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios le creó; varón y mujer los creó» (Gn 1, 27).
Su paternidad y maternidad humanas, tienen en sí mismas, de manera esencial y exclusiva, una «semejanza» con Dios, sobre la que se funda la familia, entendida ésta como comunidad de vida humana, como comunidad de personas que están unidas en el amor.
«La familia tiene su origen en el mismo amor con que el Creador abraza al mundo creado, como está expresado «al principio», en el libro del Génesis (1, 1). Jesús ofrece una prueba suprema de ello en el evangelio: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único» (Jn 3, 16). El Hijo unigénito, consustancial al Padre, «Dios de Dios, Luz de Luz», entró en la historia de los hombres a través de una familia: «El Hijo de Dios, con su encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. Trabajó con manos de hombre,… amó con corazón de hombre. Nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno de nosotros, en todo semejante a nosotros excepto en el pecado». El misterio divino de la encarnación del Verbo está, pues, en estrecha relación con la familia humana.«
(Carta a las familias, 1994 P.2).
"Los Padres de la Iglesia, en la tradición cristiana, han hablado de la familia como «iglesia doméstica», como «pequeña iglesia». Se referían así a la civilización del amor como un posible sistema de vida y de convivencia humana...La Iglesia profesa que el matrimonio, como sacramento de la alianza de los esposos, es un «gran misterio», ya que en él se manifiesta el amor esponsal de Cristo por su Iglesia." (Carta a las familias, 1994)
La Iglesia considera el servicio a la familia una de sus tareas esenciales, tanto el hombre como la familia constituyen «el camino de la Iglesia».«
«Año especial dedicado a la familia» por el Papa Francisco
El Papa Francisco convocó el Año especial dedicado a la familia, dando comienzo el 19 de marzo de 2021 y concluyendo con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias en Roma, en junio de 2022.
Precisamente coincide su inauguración con el quinto aniversario de la publicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia.
Con esta iniciativa, el Papa Francisco se propone llegar a través de propuestas espirituales, pastorales y culturales a todas las familias del mundo, con el objeto de ofrecer a la Iglesia oportunidades de profundización y reflexión de la alegría del amor.
A raíz de la experiencia de la pandemia, se ha puesto de relieve el papel central de la familia como Iglesia doméstica y la importancia de las relaciones entre las familias.
A continuación, le presentamos la información del proyecto:
Bibliografía recomendada sobre San juan Pablo II
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Escrito por: Mercedes Roldán.