Para muchos de nosotros aún hoy día, es muy desconocido el padre Carlos de Foucauld. Por ello y con motivo de su canonización el próximo 15 de mayo, queremos acercarnos un poco más a su vida y a su espiritualidad.
Nació en una familia noble en Estrasburgo (1858), quedando huérfano muy pronto (6 años) junto con su hermana menor. Este acontecimiento unido al estallido de la guerra, provocó en él un gran vacío y en plena adolescencia, dejó su fe a un lado.
A sus 18 años ingresó en el ejercito y aunque no le gustaba mucho, participó en un combate en Argelia tras el cual, decidió renunciar e iniciar un viaje de exploración a Marruecos entre los años 1883 y 1884.
Se puede mencionar, que en esos tiempos un viaje como éste no era muy habitual. Tuvo que estudiar lengua hebrea y árabe y también se hizo pasar por judío. De esta forma pudo recorrer aquel lugar lleno de historias y costumbres diferentes.
Pasará once meses acogido por judíos, viviendo en la soledad del desierto y quedándose admirado por la fe y oración de los musulmanes.
Esta experiencia le marcará en su vida y le interpela hasta el punto de hacerse esta pregunta:
"¿Existe Dios?". "Dios mío, si existes, haz que te conozca".
Cuando regresa a casa, comienza su búsqueda guiado por el Padre Huvelin y será a sus 28 años, cuando encuentra a Dios (1886): «Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir sólo para El».
Viaja en peregrinación a Tierra Santa dos años después y se sentirá cautivado por la pobreza de Jesús en Nazaret, descubriendo allí su vocación y su deseo de imitarle.
En su búsqueda de una vida religiosa, se sentirá llamado a la Trapa en Nuestra Señora de las Nieves y después en Akbes en Siria. Transcurrido un tiempo, vivirá solo en oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth.
Su vida espiritual va madurando y en ello comprende que para amar a Jesús y como Él lo hizo, no es necesario alejarse de todos, por lo que se siente llamado a estar con los más necesitados, viviendo a imitación de Jesús cada día en comunión con Él.
Se ordena sacerdote a sus 43 años y se marcha de nuevo al desierto, primero lo hará en Beni Abbès y luego en Tamanrasset, con los tuareg del Hoggar.
Llevará una vida de oración, meditación de la Palabra de Dios y acogida de los más pobres, enfermos… en su deseo de ser un «hermano universal» para todos.
Morirá el 1 de diciembre de 1916 a sus 58 años asesinado por una banda de merodeadores que pasaban por allí. En 2005 el Papa Benedicto XVI lo beatifica.
Queda en la arena del desierto su cuerpo, como grano de trigo que muere para dar fruto…Él mismo había escrito en una ocasión:
"Pide por mi conversión, para que muriendo, dé fruto."(Carta a Suzanne Perret).
Es curioso como un hombre solitario como el, que en vida no pudo atraer hacia su ermita a ningún discípulo, a pesar de su perseverancia; y no pudo convertir a nadie, siendo un modelo de vida para los demás, dio fruto como él pidió tras su muerte.
Espiritualidad de Carlos de Foucauld
La espiritualidad de Carlos de Foucauld esta especialmente centrada en el S.XX.
Cabe mencionar su devoción al Sagrado Corazón de Jesús y la contemplación del mismo. Le llamaría el «Modelo único» siendo Él la fuente del amor que se dejó traspasar por nosotros.
Su deseo de imitarle estaba muy latente, hasta el punto de querer trabajar también por la salvación de sus hermanos y amarles a cada uno, con la caridad y el amor que viene y recibe de Dios. Por ello lo de ser «el hermano universal» con Jesús para todos.
En su contemplación a la Virgen María en la Visitación, aprende la imitación en el silencio, en la humildad y en el gozo de vivir en Dios.
Construye pequeñas ermitas donde celebraba la Eucaristía, y sus hábitos sacerdotales fueron una túnica blanca (tuareg) con el distintivo en rojo del Corazón de Jesús y la Cruz de Cristo encima.
Su oración y Eucaristía queda reservada en la intimidad de su casa y de los que le acompañan. Principalmente su deseo fue comunicar a Jesucristo a través de su testimonio en la bondad y la caridad hacia los demás, experimentado en Nazaret.
“Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: Si tal es el servidor, ¿Cómo entonces será el Maestro…?”.
Para llevarlo a cabo, Carlos de Foucauld se instalará en la aldea, aprenderá sus costumbres y su lengua, se hará conocer por su «hacer» de cada día, demostrando así su bondad, pobreza, caridad y humildad.
Estaba convencido de que Dios puede ser conocido a través del amor que se le da al prójimo. Sabe que amar a Dios es lo mas importante, pero este amor va unido al otro, ya que no pueden estar separados.
Nos dejó como regalo espiritual la sencillez de su vida. Vivía con la gracia de Dios, lo ordinario como extraordinario, precisamente por amor, abrazando cada día con sus luces y oscuridades con serenidad y paz.
“Toda nuestra vida, por muda que sea, la vida de Nazaret, la vida de desierto, como la vida pública, debe ser una predicación del Evangelio por el ejemplo; toda nuestra existencia, todo nuestro ser, debe gritar el Evangelio sobre los tejados; toda nuestra persona debe respirar a Jesús, todos nuestros actos, toda nuestra vida deben gritar que nosotros somos de Jesús..."
Familia espiritual de Carlos de Foucauld
Uno de sus deseos, como hemos comentado anteriormente, era compartir su vocación y por ello, escribió varias reglas pensando que podían ser vividas por todos y en cualquier lugar, la «vida de Nazaret» que tanto le atrajo.
La familia espiritual de Carlos de Foucauld esta constituida por religiosos, sacerdotes y laicos en fraternidad en medio del mundo.
Son tres congregaciones las que se inspiran en sus reglas: Hermanitos de Jesús, Hermanitas de Jesús y Hermanitas del Sagrado Corazón del Padre Foucauld.
Desde sus comienzos hasta hoy, han ido sumándose distintas asociaciones y grupos que comparten la misma espiritualidad.
Están comprometidos con los más pobres y desfavorecidos. Buscando la amistad de toda persona sea cual sea su raza, cultura o religión.
La oración, adoración y Eucaristía son el centro de su fidelidad a Jesús y a los hermanos.
Inicios:
Surgen pequeñas iniciativas foucauldianas en los años veinte, entre las que destaca el trabajo de Suzanne Garde. Quería crear una asociación laica que a través de la caridad se insertara en el mundo árabe y se estableció finalmente, bajo la forma de un orfanato en Dalidah.
Tras su muerte, Magdeleine de Jesús funda la fraternidad de las Hermanitas de Jesús (1939) y se instala en Touggourt (Sahara argelino). También están los Hermanitos de Jesús.
Ambos se inspiraron en las enseñanzas de Carlos de Foucauld, viviendo en pequeñas comunidades llamadas fraternidades en distintas áreas de pobreza.
Han surgido de su testimonio y carisma distintas congregaciones religiosas y asociaciones de vida espiritual, son distintos grupos los que van enriqueciendo la familia espiritual. Cada uno con su propia historia situándose en la Iglesia y en el mundo.
Obra de Carlos de Foucauld
Nos dejó varios escritos y entre ellos podemos citar sus obras espirituales: «Al hilo de los días: nueva antología de escritos espirituales» y «Viajero en la noche: notas de espiritualidad», destacando la más conocida de ellas «Escritos espirituales».
Este último esta compuesto por meditaciones, notas y cartas que fueron publicados en 1947 por René Bazin, su primer biógrafo.
Estos escritos nos descubren su espiritualidad, ya que en ellos plasmó los consejos y propósitos para las comunidades que había siempre soñado.
Cabe mencionar también, la elaboración de un Diccionario touareg-français, donde realizó una tarea lingüística y gramatical importante, del cual recibió un premio reconocido.
Libros recomendados de Carlos de Foucauld
Os recomendamos algunos libros sobre Carlos de Foucauld:
Puedes visitar nuestra Red de librerías Paulinas para encontrar más libros sobre Carlos de Foucauld, y además a través de: Librería Virtual Paulinas.
Escrito por Mercedes Roldán.
Muchas gracias Mercedes por acercarnos de un modo claro y sencillo a la figura de este amigo de Dios y hermano de los hombres.
Es un ejemplo de vida a seguir. Gracias!!
Gracias por esta semblanza tan completa y enriquecedora. Solo de oídas conocía al padre Foucauld. Este artículo me ha acercado a su vida. Muy interesante y ejemplo cristiano.
Me alegro Elena que le haya ayudado a conocerle un poco más. Gracias!!
Muchas gracias, Mercedes, por tu contribución a difundir el conocimiento de este humilde y gran santo que se deja enamorar profundamente por Jesús en Nazaret.
Toda su vida de convertido, le apasiona imitar más y más el anonadamiento de Jesús, en Nazaret y como consecuencia vivir con los más desheredados del mundo y como ellos, hasta el punto que se lellama con toda propiedad «el hermano universal» que él tanto deseaba ser.
Muchas gracias.
Lina Casado
Es un ejemplo para nosotros su sencillez, humildad y caridad para los más necesitados. Gracias Lina.
Me ha encantado lo sencillo, directo e inspirador de este artículo. Gracias, Mercedes y Librerías Paulinas.
Por cierto, he conseguido una imagen del Niño Jesús en las redes que se cree apareció en una fotografía que san Carlos Foucauld tomó del Sagrario, ¿es esto cierto? Gracias y que Dios los bendiga.
Muchísimas gracias, nos alegra que le haya gustado y ayudado.
Sobre la fotografía que nos comenta, no sabría decirle si es cierto o no.
Bendiciones!