Hace ya un año desde que la pandemia de la Covid-19 entró en nuestras vidas.
Un año ya conviviendo con palabras como “pandemia”, “coronavirus”, “confinamiento”, “desescalada”… Un año de vivir “enmascarados”, “desinfectados” y “distanciados”…
Y todas estas cosas, que no son “maravillosas”, las hemos vivido en las librerías.
Desde que las autoridades permitieron volver a reanudar la actividad, hemos abierto cada día nuestra puerta a nuestros clientes, a nuestros amigos.
Ciertamente, hemos cambiado los hábitos: limitamos el aforo, ampliamos el horario para permitir a todos tener una mayor facilidad, para visitar la librería y poder disfrutar de ese momento de encuentro con los libros, y también hemos mantenido, más a menudo, el contacto telefónico con muchas personas, porque quien llega a nuestra familia Paulina no es solo un cliente, es un colaborador que nos ayuda a difundir el Evangelio en el mundo.
Además, hemos comprobado que disponer de una librería on-line ha sido muy valioso para mantener la relación con nuestros clientes. Muchos han utilizado esta posibilidad de adquirir libros y objetos por motivos diversos: inseguridad, imposibilidad de movimiento por el confinamiento, actividad laboral…
Esta nueva forma de entrar en nuestras librerías abre la puerta a muchas personas, que no tienen posibilidad de acercamiento físico a Paulinas, y conlleva un efecto beneficioso para todos: nuestros clientes adquieren lectura, música, DVD que buscan… y nosotros continuamos con la misión de hacer que Cristo sea conocido, y la Palabra de Dios sea difundida.
La pandemia ha cambiado nuestras vidas, pero está en nuestras manos que el cambio también aporte esperanza cada día.
Puedes visitar nuestra Red de librerías Paulinas , y además a través de nuestra Librería Virtual Paulinas
Escrito por: Teresa Olmos (Librería Paulinas de Madrid).