El próximo 1 de noviembre, en el contexto del Jubileo del Mundo Educativo, será proclamado Doctor de la Iglesia, John Henry Newman.
Un anuncio que nos fue dado por el Papa León XIV el pasado 31 de Julio, confirmado por la Plenaria de los Cardenales y Obispos, Miembros del Dicasterio para las Causas de los Santos.
De manera decisiva John Henry Newman, contribuyó en la renovación de la Teología y en la comprensión de la doctrina cristiana en su desarrollo.
Fue beatificado el cardenal Newman en Birmingham, por el Papa Benedicto XVI (19 de septiembre de 2010), gracias a la curación del diácono Jack Sullivan (Braintree, Massachusetts (EE.UU.)), quien se recuperó de una dolencia en la columna vertebral que le impedía caminar.
Más tarde, el Papa Francisco (13 de octubre de 2019) lo canonizó gracias a la curación inmediata de una mujer embarazada que sufrió una profusa hemorragia interna. La madre quedo totalmente restablecida y su bebé nació completamente sano.
¿Qué significa o implica ser Doctor de la Iglesia?
A lo largo de la historia, la Iglesia Católica ha otorgado este título de «Doctor de la Iglesia» a varios santos. Estos han sido reconocidos por su vida ejemplar y por su profunda enseñanza espiritual o teológica, siendo de esta forma maestros de la fe para todos los católicos de todos los tiempos.
Esta contribución a la Iglesia es una enseñanza que no tiene limite, que es válida y fecunda hasta nuestros días, de ahí su relevancia universal y atemporal de su doctrina para la vida cristiana.
Este reconocimiento es concedido oficialmente por el Papa o bien, por un concilio ecuménico.
Se puede hacer referencia entre otros santos reconocidos como doctores de la Iglesia a: Santa Teresa de Ávila (camino de oración profunda), San Agustín (enseñándonos a buscar la verdad con todo el corazón), Santo Tomás de Aquino (mostrándonos la armonía entre fe y razón), Santa Teresita del Niño Jesús (su caminito espiritual, la confianza), San Ambrosio, Santa Catalina de Siena, San Antonio de Padua…y muy reciente, San Ireneo de Lyon (nombrado por el Papa Francisco).
En estos momentos, la Iglesia nos regala a San John Henry Newman, un gran pensador que dialoga con nuestra inquietudes actuales, como la búsqueda de la verdad, la importancia de la conciencia, el papel de los laicos en la misión de la Iglesia…
«San John Henry Newman es un faro para los católicos de hoy, enseñándonos que la fe y la razón se complementan, que la conciencia debe ser nuestra guía, y que la santidad está al alcance de todos, no solo de unos pocos elegidos.»
¿Quién fue John Henry Newman?
John Henry Newman nació en Londres (1801) en el seno de una familia anglicana. Tras sus estudios, fue ordenado diácono (1824) en la Iglesia Anglicana, convirtiéndose en coadjutor de la parroquia en Oxford de San Clemente. Pocos meses después fue ordenado presbítero anglicano.
Estuvo durante mucho tiempo en la Iglesia universitaria de St. Mary, predicando y con una gran actividad pastoral. En este tiempo conoció a D. Nicolás Sisman (futuro arzobispo católico de Westminster), en el Colegio ingles de Roma, donde también fue profesor.
El objetivo que tenia en estos momentos era interpretar los 39 artículos de la Iglesia anglicana desde una perspectiva católica. Esta idea no fue muy bien acogida lo que provocó la suspensión de la publicación de sus tratados y poco después, la renuncia a su parroquia universitaria.
Durante este tiempo maduró su «conversión» al catolicismo. Entre oración y estudios, le llevaron a reconocer que en la Iglesia católica se encontraba la plenitud de la fe.
Fue en 1845 cuando dio el paso definitivo de su conversión, siendo ordenado sacerdote católico dos años más tarde (30 de mayo 1847) por el beato Pío IX.
Decidió unirse al Oratorio de San Felipe Neri tras conocer a los Redentoristas, donde se planteaba ingresar.
Fue el fundador del primer Oratorio en Inglaterra, donde tras algunos traslados se ubicó en Edgbaston (en las afueras de Birmingham).
Contribuyó con éste a la conversión de muchas personas, acercándoles a la Iglesia Católica a través de su predicación y escritos.
Años más tarde, en 1854 fue nombrado rector de la Universidad Católica de Dublín.
En 1878, fue elegido primer miembro honorario en Trinity College de Oxford.
Además de filósofo y teólogo, era un gran conocedor de las obras patrísticas, así como un educador que impulsó la enseñanza de las Humanidades y un modelo de universidad católica.
Murió el 11 de agosto de 1890, en su habitación de Edgbaston. Quiso que se escribiera en su tumba «Ex umbris et imaginibus in veritatem» (De las sombras y las imágenes a la verdad).
Cómo curiosidad, fue el Papa León XIII quién le nombró cardenal en 1879.
Su lema fue “cor ad cor loquitur” (El corazón habla al corazón).
Newman insistía en la idea de que cada uno de nosotros teníamos una misión concreta y única.
"Dios me ha creado para hacerle algún servicio definido...Soy un eslabón en una cadena, un vínculo de conexión entre personas. Él no me ha creado para nada. Haré el bien, haré su trabajo; ...confiaré en Él...He nacido para servirte, para ser Tuyo, para ser Tu instrumento."
¿Qué nos deja San John Henry Newman para nuestros días?
Una de las enseñanzas que nos deja Newman, es su visión sobre la relación entre la fe y la ciencia. Ambas son aliadas en el camino de la verdad, subraya el respeto mutuo entre ambos, siendo vital para este mundo moderno, donde percibimos aún ese conflicto entre los dos.
También destacamos la enseñanza sobre la conciencia. Consideraba fundamental la formación de la conciencia, siendo ésta el lugar donde cada uno de nosotros se encuentra con Dios. Escuchar esta voz interior iluminada por la fe.
También le conocemos por su profunda vida de oración. Modelo para cada uno de nosotros, donde nos muestra que esta relación personal con Dios debe de ser el fundamento de nuestra vida, de cualquier actividad que llevemos a cabo, sea evangelizadora, pastoral o intelectual.
Promovió la fe en las familias. Destacaba la importancia de los laicos en la misión de la Iglesia.
Deja huella también en el campo de la educación. La importancia de esta formación integral, donde se une lo intelectual con lo moral, la fe con la ciencia.
Su vida fue una constante búsqueda de la verdad, y en su obra «Apologia pro vita sua» (1864), nos relata de forma sencilla su camino de fe, sus luchas, dudas…describe la evolución de su creencia hasta descubrir la luz de la verdad en la Iglesia católica, respuesta a lo más profundo de su conciencia.
«La vida de un hombre es la historia de sus convicciones» (Apología pro vita sua)
Algunos libros de John Henry Newman
Os destacamos algunos libros para profundizar un poco más en su vida y obra:
Puedes visitar nuestra Red de librerías Paulinas para encontrar más libros sobre San John Henry Newman, y además a través de: Librería Virtual Paulinas
Escrito por Mercedes Roldán.






Excelente Mercedes.
Nos das una valiosa información y nos acercas a querer más a este gran Santo y Doctor pidiendo su intercesión.
Gracias!
Gracias! Nos encomendamos a él!