La relación es un espacio en el que la persona, al encontrarse con otra, se realiza a sí misma, porque no hemos nacido en soledad ni nos realizamos solos, como si fuéramos islas en medio de un océano.
Esta es la tesis principal que se desarrolla en este libro.
Una de las experiencias más bellas que podemos sentir es que la relación en singular, y las relaciones en plural, nos sitúan ante la realidad de nosotros mismos como posibilidad de llegar a ser, de lograr la máxima belleza de nuestra identidad original.
La comunicación y las relaciones nos ayudan a labrar, en el día a día, con la gracia de Dios.
La relación cotidiana con las personas hay que cuidarla como si fuera la perla preciosa de la felicidad o la planta frágil de nuestro jardín, porque no hay vida sin relación.
En estas páginas se profundiza sobre los diversos aspectos de la relación.
Al principio de cada capítulo nos ofrece la autora un hermosos poema, que precede y enmarca cada reflexión posterior.
Este libro es una confesión de libertad.
Hemos sido creados para la relación
Los hijos nacidos del corazón trinitario del Padre y de la pascua redentora de Jesús, han sido llamados a la existencia, creados y recreados por amor y para la relación.
Nacemos como parte existencial de todos los seres creados.
Somos seres cósmicos, por esencia e identidad. Cuando entramos en el mundo formamos parte de esa maravillosa creación de Dios, que rompe todos los esquemas de belleza y dignidad.
Nacemos también como parte de la humanidad de todos los siglos.
Como puntos luminosos de la historia, entramos a formar parte de la existencia de tantos hombres y mujeres que en la historia han sido, son y serán.
También nacemos siendo pueblo y comunidad, experiencia gozosa de pertenencia, de familia, de vinculaciones que determinan toda nuestra vida.
Autora
María Josefa Larraga es religiosa Mercedaria de la Caridad.
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