«Has cubierto mi desnudez», una reflexión sobre el ser humano se basa en la descripción de la túnica de Cristo como metáfora del ser humano.
EL texto bíblico dice: «Era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo».
Una lectura para ahondar en la misericordia de Dios.
Desea que el lector no se sorprenda por el carácter itinerante de estas páginas.
Siguiendo el tejido del hilo de las túnicas en las diferentes páginas de la Biblia, Lécu comienza desde el principio de la Biblia: el libro del Génesis.
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Tiene la capacidad de bendecir, pero su deseo de conocer es insaciable y hace insoportables los límites de la propia naturaleza humana.
La ciencia es la nueva religión. Creer que podemos conocerlo todo mediante la técnica es la cara de la codicia humana. Una vergüenza.
Avergonzarse es mirarse en el otro en lugar de mirar al otro. La vergüenza se enraíza en las palabras que han dañado la vida en lugar de potenciarla.
Cubrir a Adán con una túnica supone que Dios confía en su capacidad para labrarle en su interioridad.
Muchos Padres de la Iglesia insisten entre el contraste de la piel y el vestido de lino blanco del bautismo. Para ver a Dios es necesario cerrar los ojos. No vestirse con una piel de animal.
Dios elige vaciarse de sí para vivir con nosotros. La misericordia de Dios es su fidelidad. «Eterno es su amor».
Su ternura se compara con las entrañas de una madre que siente a su criatura en su interior.
Vivir el perdón es dejarse cubrir por Dios. Es refugiarse en la sombra de su grandeza.
Participar en la liturgia sacramental es dejarse modelar por Dios. En los sacramentos lo externo es signo de lo que está sucediendo por dentro.
Moisés tenía el rostro radiante después de encontrarse con el Señor. No sabemos su modo de vestir, la biblia sólo nos habla de su rostro.
Dios es Dios del presente. Moisés nos indicó el camino para dejar que Dios grabe en nuestro ser la ley de caridad. «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Siempre que amamos podemos enraizarnos en nuestra inocencia original, muchas veces oculta.
Resumen
En resumen, un libro para aprender a vivir en libertad siguiendo la huella de los grandes personajes bíblicos.
Una lectura sugerente e interesante que invita a ahondar en la misericordia de Dios. «Desbordo de gozo con el Señor, me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un taje de gala» (Is. 61,10).
Autora
Lécu, religiosa dominica y médico. Trabaja en una cárcel de máxima seguridad cerca de París.
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Escrito por: Marta Sánchez.