La Virgen de la Merced y los Mercedarios

El día de la festividad de la Virgen de la Merced es el 24 de septiembre.

Según la tradición, la Virgen María se apareció una noche de agosto de 1218 simultáneamente a San Pedro Nolasco, San Ramón de Peñafort y al rey Jaime el Conquistador, para instarlos a la fundación de una orden para la redención de cautivos cristianos en manos de musulmanes, y que fue la Orden de la Merced, cuyos miembros se llaman popularmente mercedarios.

Hay constancia de la advocación en 1230 y el primer templo que le fue dedicado, ya existía entre 1249 y 1267.

Los Gozos más populares que se le cantan comienzan así: «De los cautivos Madre y Patrona…«

La imagen de la Virgen de la Merced

Merce

La imagen actual que se venera en la basílica de la Virgen de la Merced en Barcelona es una talla de madera de estilo gótico del siglo XIV, atribuida a Pere Moragues.

El niño Jesús que tiene en el regazo es de uno o dos siglos después.

Desde 1637 la Virgen es copatrona de la ciudad de Barcelona, ​​por un voto que hizo el Consell de Cent si liberaba la ciudad de una plaga de langostas.

Durante la Exposición Universal de Barcelona (1888) fue coronada canónicamente como patrona de la diócesis de Barcelona.

Difusión del culto a la Virgen de la Merced

El culto se difundió durante la edad media por el Mediterráneo, y durante los siglos XVI a XVIII, a raíz de la labor de evangelización que llevaron a cabo los frailes mercedarios en tierras hispánicas y americanas.

Se crearon numerosos conventos de la orden que convirtieron a la Virgen de la Merced en una advocación popular.

Los Mercedarios

Como hemos comentado anteriormente, esta orden religiosa se fundó en 1218 en Barcelona de la mano de San Pedro Nolasco, un joven mercader de telas, con el apoyo de Jaime I el Conquistador y el obispo Berenguer II de Palou, con el objetivo de redimir a los cristianos cautivos de los musulmanes.

Fundación de la Orden de la Merced

Los mercedarios se dedican a asistir a los más necesitados con cuidados pastorales en parroquias, con la asistencia como curas en las prisiones, en la acción educativa y asistencial a favor de los jóvenes abandonados, marginados o desfavorecidos y en las misiones.

San Pedro Nolasco supo descubrir el sufrimiento de los cristianos cautivos en poder de los musulmanes, y se empeñó, con un grupo de compañeros, primero con su patrimonio, y después recolectando limosnas, en ejercer el ministerio de la caridad eximia: ayudar, visitar y redimir cautivos.

Cuando faltaba dinero para comprar la libertad de los cautivos, se obligaban quedarse ellos como rehenes, esperando que llegaran sus compañeros con el dinero pactado.

Si esto no sucedía a su tiempo, estaban dispuestos a entregar su propia vida. Esta caridad suprema fue una gran novedad y una gran merced, un gesto de misericordia.

A partir de esta experiencia, se llega al acto fundacional en la catedral de Barcelona con la presencia de Nolasco y los suyos, el joven rey Jaime I y el obispo Palou, el 10 de agosto de 1218.

Significado de la Orden

Es inseparable en la vida de San Pedro Nolasco, la profunda experiencia de Dios y su amor entrañable a María.

La palabra merced era sinónimo, para los medievales, de misericordia, la misericordia especial de redimir al cautivo, gesto gratuito lleno de compasión hacia los privados de libertad en las mazmorras sarracenas.

Este término superaba el sentido estrictamente «piadoso».

El fundador, profundamente devoto de María, tuvo un momento trascendental de inspiración divina que le impulsó a fundar la orden.

La devoción mariana de Nolasco se traduce en su misión de actualizar la obra de la Redención. María está siempre junto al Redentor.

La devoción, pues, a la Virgen de la Merced ha nacido en la Iglesia a partir de la misión redentora de los mercedarios.

Se distingue, ciertamente, en la experiencia fundacional un doble camino: es camino redentor, por él se actúa y realiza la obra de ayudar, visitar y redimir; y, al mismo tiempo, es camino mariano, el mercedario se sabe enviado por María a ofrecer la merced-misericordia de la libertad.

María de la Merced es misericordia y liberación. Éste es el mensaje más profundo de esta advocación.

María se une, de forma íntima y visible, a la obra redentora de su hijo: ha cooperado, desde antes de la redención, con su seno integral, y ha ofrecido su vida entera para que el Hijo de Dios pudiera encarnar y entregarse por la reconciliación de la humanidad.

ESCUDO MERCEDARIO

A lo largo de la historia el escudo mercedario ha sido presentado en mil formas y expresiones.

Los hay clásicos, modernos, vanguardistas; todos expresan el hondo compromiso mercedario con la libertad. “No hay mayor caridad que dar la vida por los hermanos”.

Escudo 1

La cruz es blanca, símbolo de inocencia y pureza, sobre fondo rojo. Ocupa la parte superior del escudo. En ella va impresa la decisión entusiasta de la Iglesia de apoyar la labor redentora de Pedro Nolasco en el momento de su fundación.

Es la cruz de la catedral de Barcelona que el obispo de entonces, Berenguer de Palou, regala a la orden como expresión de su apoyo a la obra redentora de Pedro Nolasco y de su familia religiosa.

Las barras son rojas, símbolo de amor y caridad y amarillas, símbolo de benignidad y nobleza. Ocupan la parte inferior del escudo.

Son las barras de la corona de Aragón. El Rey Jaime I, entusiasta colaborador de la orden de la Merced, regala a la orden su escudo como expresión de su apoyo a la obra redentora.

El escudo se convierte así en pasaporte real más allá de las fronteras a la hora de ir a las redenciones y mostrar credenciales de autoridad. Por eso se verá muchas veces el escudo coronado con la corona real.

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Escrito por: Montse Salmons

2 comentarios en «La Virgen de la Merced y los Mercedarios»

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